Los autónomos fue el sector más golpeado después de la crisis. El Gobierno consideró esa cuestión y mantuvo la rebaja fiscal para ellos en el cinco por ciento. De esta manera, todos los trabajadores independientes que aplican el sistema de módulos no pagan el IRPF por sus beneficios, sino que lo hacen a través de su factura fiscal, y depende únicamente del número de empleados que tienen, así como también del consumo de electricidad, de los metros cuadrados del local, entre otras variables que se presentan en este aspecto.
De esta forma se hace una contribución por parte de las autoridades nacionales para darle un respiro en la economía de los autónomos. Sin embargo, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomo (UPTA) considera que la rebaja es insuficiente, ya que el sindicato tiene que calibrar si el descenso fiscal es equitativo. Para esto, la Dirección General de Tributos tendría que haber presentado un informe previo sobre la media de las declaraciones de los autónomos, ya que se efectúa por una estimación directa. Esto se refiere a aquellos que tributan en función de los beneficios reales.
Sebastián Reyna es el secretario general de UPTA y se encargó de hacer declaraciones públicas sobre esta cuestión, al afirmar: «Es necesario que se promueva un estudio que permita rectificar los criterios de estimación objetiva para fijar los módulos de determinadas profesiones y sectores de actividad económica que están sufriendo especialmente la crisis, como son algunos grupos de la construcción, la hostelería y los vendedores de prensa, entre otros».
Para concluir, hay que remarcar que en cualquiera de los casos mencionados en el párrafo anterior, los autónomos tienen la libertad para poder cambiar el régimen de módulos por el de estimación directa.