¿Cuáles son los tipos de jubilación para autónomos?
Los autónomos en España tienen acceso a varios tipos de jubilación que se adaptan a sus circunstancias laborales y personales. El tipo más común es la jubilación ordinaria, que permite a los trabajadores por cuenta propia retirarse a la edad legal establecida, siempre que hayan cumplido con el período mínimo de cotización exigido por la Seguridad Social.
Además de la jubilación ordinaria, existe la jubilación anticipada, que permite a los autónomos retirarse antes de la edad legal bajo ciertas condiciones, como haber cotizado un número mínimo de años o acreditar causas específicas relacionadas con la actividad laboral. Esta modalidad suele implicar una reducción en la pensión que se percibirá.
Por otro lado, la jubilación parcial
¿Cuáles son los tipos de jubilación para autónomos en 2025?
En 2025, los autónomos cuentan con diversas modalidades de jubilación adaptadas a sus necesidades y circunstancias específicas. La jubilación ordinaria es la más común y permite retirarse a la edad legal establecida, siempre que se haya cotizado el período mínimo requerido. Esta modalidad garantiza una pensión calculada en función de las bases de cotización durante la vida laboral del autónomo.
Además, existe la jubilación anticipada, que permite a los autónomos retirarse antes de la edad legal, aunque con una reducción en la cuantía de la pensión. Esta opción está sujeta a requisitos estrictos, como haber cotizado un número mínimo de años y justificar causas específicas, como razones de salud o dificultades económicas.
Por último, la jubilación parcial ofrece la posibilidad de combinar trabajo y pensión, permitiendo a los autónomos reducir su jornada laboral y complementar sus ingresos con una parte proporcional de la pensión. Esta modalidad fomenta una transición gradual hacia el retiro completo, adaptándose a la situación personal y profesional del autónomo.
¿Cuántos años tiene que tener cotizado un autónomo para jubilarse?
Para que un autónomo pueda acceder a la jubilación, es fundamental que haya acumulado un período mínimo de cotización. Actualmente, la legislación española exige un mínimo de 15 años cotizados para poder recibir una pensión contributiva por jubilación, independientemente del régimen al que pertenezca, incluido el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
Sin embargo, para poder acceder a la pensión completa o el 100% de la base reguladora, el autónomo debe haber cotizado un periodo más largo. Este periodo ha ido aumentando progresivamente y, para 2024, se requieren 37 años y 3 meses cotizados para obtener la pensión máxima. Este requisito se ajusta anualmente hasta llegar a los 37 años y 9 meses en 2027.
Además del tiempo cotizado, es importante tener en cuenta la edad legal de jubilación, que para 2024 está fijada en 66 años y 4 meses para quienes no hayan cotizado al menos 37 años y 9 meses. Si el autónomo cumple con el periodo mínimo de cotización pero no con la edad, deberá esperar para acceder a la pensión. Por lo tanto, el tiempo cotizado es un factor clave, pero siempre debe considerarse junto con la edad y otros requisitos establecidos por la Seguridad Social.
¿Cuáles son los requisitos y beneficios para la jubilación demorada en autónomos en 2025?
En 2025, la jubilación demorada para autónomos permite retrasar la edad de retiro más allá de la edad legal establecida, con el fin de obtener una pensión más alta. Para acceder a esta modalidad, es imprescindible que el trabajador autónomo haya cumplido con la edad mínima de jubilación y que decida voluntariamente aplazar el cobro de la pensión. Además, debe estar al corriente en el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social.
Entre los requisitos principales para la jubilación demorada en autónomos destacan:
- Haber alcanzado la edad mínima de jubilación establecida para el año 2025.
- Estar dado de alta como trabajador autónomo o en situación asimilada.
- No haber solicitado la prestación de jubilación previamente.
- Continuar cotizando durante el periodo de demora.
Respecto a los beneficios, el principal atractivo de la jubilación demorada es el incremento en la cuantía de la pensión. Por cada mes que se retrase la jubilación, la base reguladora se incrementa un porcentaje determinado, lo que se traduce en un aumento significativo del importe mensual. Este incremento puede variar en función de los años cotizados y la duración del retraso.
Además, aplazar la jubilación permite a los autónomos seguir acumulando derechos y cotizaciones, mejorando así el cálculo final de la pensión. También contribuye a una mayor estabilidad económica durante la jubilación, ya que la pensión resultante será más alta y sostenible a largo plazo.
