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mPOS como alternativa a la Ley Antifraude

A mediados de Noviembre ha entrado en vigor la prohibición de pagar 2.500 euros o más en efectivo, norma que forma parte de la nueva Ley Antifraude, y que afecta a operaciones en las que haya, al menos, un empresario o autónomo (no aplica a pagos entre particulares).

Esta medida incluye, además, importantes sanciones económicas en el caso de fraude mediante el fraccionamiento del importe total para no superar el límite de 2.500€, que implica multas de hasta el 25% del valor de la transacción, a pagar de forma solidaria entre ambas partes. Es decir, si realizamos una reforma en casa por valor de 3.000€ y nos presentan dos facturas de 1.500€ cada una para eludir esta norma, la multa ascendería a 750€ (375€ a pagar cada uno).

Esto obliga a la mayoría de autónomos y pymes a buscar formas alternativas de pago, lo que puede suponer una oportunidad para las soluciones mPOS (mobile Point Of Sale), en un segmento al que no suelen llegar los TPVs tradicionales que están presentes en todas las tiendas. La inmediatez del pago con tarjeta, especialmente en entornos de movilidad en los que se desarrolla la actividad de muchos de estos profesionales, hace de este medio de pago uno de los más interesantes para poder cumplir esta nueva norma.

Tradicionalmente, las Entidades Financieras ofrecen para el pago con tarjeta en movilidad el uso de TPVs GPRS, para lo que estos profesionales tienen que contratar el servicio con su banco, y pagar las comisiones correspondientes por cada transacción generada, por lo que su uso en este colectivo es limitado. A diferencia de este enfoque, las soluciones mPOS que existen actualmente en el mercado permiten realizar pagos mediante una aplicación descargada en un smartphone (Android , Apple o Blackberry), realizando la lectura de los datos de tarjeta mediante un dispositivo especialmente concebido para ello (por la necesaria seguridad que implica acceder a esta información).

Este dispositivo puede ser un pinpad, terminal similar a un TPV tradicional en el que el usuario introduce la tarjeta, que obtiene de forma segura la información y la envía a la aplicación en el smartphone (habitualmente mediante bluetooth), siendo esta aplicación quien gestiona la transacción. La información que sale del pinpad hacia el móvil está cifrada, de forma que no se puede interceptar la comunicación y usarla para realizar fraude. Esta solución se ofrece ya en O2, por ejemplo.

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